En mis sueños me pasa que sueño en colores
Que huelen a vos, a lila o a flores
Olores dulces, ácidos, a tierra mojada
A orégano,
a esmalte para uñas y a naranjas
A verde
veronés, a mar, a silencio y a menta
He soñado que caminaba sepia y melancólico
Entre la neblina, por una calle desierta
Que corría buscándote como un loco desesperado
En blanco y negro, y en cámara lenta
En lágrimas, bajo la lluvia, sobre llovido, mojado
Que nos revolcábamos sobre el óleo
estridente
De la paleta de Derain que le da
forma al color
Mientras
trataba de rimar tu voz con temblor
Enchastrados los dos hasta el alma y los dientes
Que perseguía a mi sombra por callejones
En mis
sueños me pasa también que suenan canciones
Una por noche, casi todas las noches, una
por sueño
En las siestas no, porque nunca las duermo
"Norwegian Wood", "Fourth Time Around", "Sampa"
"El Violín de Becho", "Accidentally Like a Martyr"
"Mano a Mano" o, como anoche, "Anclao en
París"
Canciones con las que suelo soñar
despierto
Y que me alargan la vida, menos mal, porque
En mis sueños mil veces he soñado que he muerto
Cierto, la música nos prolonga la vida, o al menos nos permite soportarla.
ResponderEliminar"He soñado que caminaba sepia y melancólico"
ResponderEliminarMe quedo con este verso. Con todos, pero más con éste.
Y yo.
ResponderEliminarSegún la música, así la vida, Gato. Y no al revés.
ResponderEliminarSí, es también mi preferido, Juan. Gracias a ambos.
Pues yo me quedo con "En las siestas no, porque nunca las duermo"
ResponderEliminarEs broma, eh:). Me gusta entero.
ResponderEliminarOtra broma, y recordando nuevamente a Pessoa, me entra un desasosiego viendo a la mujer de la foto... hay que llevarla urgentemente a urgencias del hospital, pobrecita, le va a dar algo:)
ResponderEliminarSin música no sé si moriríamos, pero viviríamos peor.
ResponderEliminarGracias, Marian. Sí, impacta la imagen, molesta o incomoda, no?
ResponderEliminarA mí no me molesta, me hace gracia nada más. Pero ni caso, a quien le tiene que gustar es a ti.
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