sábado, 7 de mayo de 2011

El cristianismo no explica el sufrimiento humano


El cristianismo no explica el sufrimiento humano. Ni una sola palabra. No explica el karma, no lo refuta, ni siquiera lo considera, y tampoco dice nada sobre la existencia de los dinosaurios, por ejemplo, o sobre la vida en otros planetas, lo cual revela la estructura de pensamiento, palabra y comportamiento de esta hegemónica religión de poco más de 2000 años de antigüedad.

Pensamiento, palabra y comportamiento, los tres niveles de acción, precisamente como se crea el karma (frecuentemente traducido del sánscrito como "acción") a través de las acciones mentales, es decir todo lo que pensamos y que lleva implícito un propósito o intención, las acciones verbales, todo lo que decimos y que queda documentado o registrado, y las acciones corporales, todo lo que hacemos o cómo nos comportamos físicamente. ¿Pero qué es el karma?

El karma es al mismo tiempo una lúcida enseñanza de liberación y un concepto absolutamente subversivo. Es una enseñanza de liberación porque explica nítidamente la causa original de nuestro sufrimiento individual y colectivo que siempre muestra una tendencia concreta. Es un concepto subversivo porque subvierte por completo nuestros valores, volviéndonos por completo responsables de todo lo que nos ocurre individualmente como así también de todo lo que acontece a nuestro alrededor. En otras palabras, el karma te provee un espejo en tanto las demás doctrinas y enseñanzas proponen la búsqueda de uno o más culpables.

De ahí que el karma vuelve completamente falaces los conceptos de justicia e injusticia con los cuales la humanidad viene nutriendo sus valores desde el más remoto pasado. Y no hablo de comienzo de los tiempos, adrede, porque la Biblia ya desde el génesis se equivoca al plantear: “En el principio Dios creó…” La cinco primeras palabras de su principal registro o prueba documental, que significan además el pensamiento o la verdadera intención y su comportamiento corporal o los hechos concretos, son mentira.

Porque no hubo principio, nadie creó lo que existió siempre, porque no sabemos exactamente a quién se refiere o menciona esa primera frase, y porque postula la Creación en lugar de la Evolución a través de los tres niveles de acción que crean el karma. Todo lo cual revela que el cristianismo no explica el sufrimiento humano, sino que más bien lo causa. Pero ese es otro tema. Para otro momento.

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